Cocinar con un recipiente utilizando su tapa ahorra hasta un 25% de energía. Si, además, escoges el tamaño adecuado de sartén o de olla se puede llegar a reducir el consumo un 90%. Un simple gesto que marca la diferencia.
Se pueden reducir el consumo eléctrico y las emisiones de CO2 asociadas, hasta en un 50%, respecto a las instalaciones que carecen de estos sistemas.
Por cada grado que se incrementa en la calefacción el consumo de energía puede aumentar entre un 7% y un 11%. No dejes que tus clientes pasen calor.
La temperatura del aire en los recintos habitables calefactados se estima en 19 °C, teniendo en cuenta las medidas de ahorro energético recogidas por el Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural.
El mantenimiento de los sistemas que consumen energía garantiza el correcto funcionamiento de las luminarias, los aparatos eléctricos, los sistemas de aislamiento, los sistemas de climatización, etc., evitando el consumo energético por fugas o por mala operatividad. El mal funcionamiento de tus neveras, unos radiadores sucios o unas juntas en mal estado pueden aumentar su consumo hasta un 30%.
No dejes a tus clientes helados. Reducir en un grado la temperatura en el termostato del aire acondicionado genera alrededor de un 8% más de consumo de energía eléctrica y un aumento de las emisiones de CO2.
La temperatura del aire en los recintos habitables acondicionados se estima entorno a los 27 °C, teniendo en cuenta las medidas de ahorro energético recogidas por el Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural. Este umbral de temperatura puede ajustarse, en su caso, para cumplir con lo previsto en el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, reduciendo la temperatura a 25 °C.
Las bombillas LED permiten ahorrar hasta un 90% de la energía eléctrica consumida en comparación con las bombillas incandescentes, con la misma calidad de luz. La mayor inversión inicial se compensa por la vida útil más amplia que la de las convencionales.
Colocando cada 15 m 2 interruptores que permitan la iluminación de manera zonificada, en vez de en toda la superficie del establecimiento, podemos reducir el consumo eléctrico y disminuir las emisiones de CO2 al ajustar las necesidades de luz al espacio utilizado. La reducción conseguida equivale al CO2 que se emite en un viaje en coche de 160 km.
Los equipos con etiquetado energético de la clase más alta son los más eficientes y pueden generar importantes ahorros en la factura eléctrica y menores emisiones de CO2. El menor consumo de energía a largo de la vida útil del electrodoméstico compensará el coste inicial, en algunos casos, superior. Los equipos con el etiquetado Energy Star pueden alcanzar ahorros en el consumo eléctrico superiores al 50%.
El desperdicio de alimentos, además de las cuestiones éticas, supone un impacto en el medio ambiente y una enorme pérdida de recursos como agua, superficie agrícola y energía, que se emplean para producir los alimentos que finalmente se tiran. Ten en cuenta que el desperdicio alimentario es la tercera fuente mundial de CO2 tras EEUU y China.
Los productos de usar y tirar generalmente tienen una vida útil muy corta y suelen estar fabricados con materiales como el plástico o el poliestireno cuyos procesos de transformación son intensivos en el consumo de energía y, por tanto, en la generación de emisiones de CO2. La mejor opción es el uso de productos reutilizables por su menor impacto en el clima. En el caso de materiales hechos a partir de papel, utiliza papel con certificación FSC y garantizarás que están hechos a partir de madera de bosques gestionados de manera sostenibles.
El consumo de productos realizados con materiales reciclados tiene un menor impacto en el medio ambiente durante todo su ciclo de vida. Estos productos cumplen la misma función que un producto no reciclado y alcanzan las mismas o mejores cuotas de calidad y de satisfacción para el usuario. Generan menos emisiones de CO2 porque la mayoría de productos y materias primas procedentes de materiales reciclados necesitan en su obtención menos energía que los procedentes del medio natural.
Localización de los establecimientos:
Historias #PorElClima sobre la hoja de ruta de descarbonización: