¿Se romperán? ¿Las podré lavar de forma eficiente y rápida en la cocina de mi establecimiento? ¿Serán peligrosas para mis clientes? Desmitificando las barreras del uso del vidrio como alternativa al plástico en las pajitas para beber.



Todo el mundo lo conoce, todo el mundo lo tiene, todo el mundo lo usa: el cristal. Ya sea en forma de vasos, ventanas o vitrinas...el vidrio es versátil. Las propiedades de este material también nos han convencido a nosotros. Sin embargo, hay muchas dudas sobre el mismo que quedan por resolver. Por lo tanto, en este artículo nos gustaría aclarar de una vez por todas los tres mayores mitos sobre las pajitas HALM.

MITO #1: "¡ESTO SE ROMPERÁ!"

Claro, el vidrio no es irrompible. Especialmente si lo dejas caer torpemente sobre un suelo de piedra. Pero ¡atención!: no todos los vidrios son iguales.

Queremos ofrecerte la mejor experiencia al beber y, por eso, no hemos escatimado en inversión y esfuerzo para procesar el cristal de la más alta calidad. Actualmente, muchos fabricantes de vidrio eligen el vidrio borosilicato, que no es reciclable debido a los numerosos productos químicos que contiene y a un punto de fusión superior a los 1.000°C. Al final de su vida útil, este vidrio termina en el vertedero y, por lo tanto, no es nada sostenible e, incluso, dañino para el medioambiente.

Por lo tanto, hemos tomado la decisión de no usar borosilicato, dando prioridad a la sostenibilidad y la solidez del proceso de producción. El vidrio usado por HALM es 100% reciclable.

Después de una cuidadosa selección del material, el siguiente paso en el proceso de producción asegura que los dos extremos se fusionen con especial suavidad dando la forma de tubo. ¡Atención! Sensación bucal halagadora preprogramada. La pajita HALM obtiene su resistencia final principalmente a través de un proceso especial en el que se "relaja" varias veces en un horno utilizando energía solar. De esta manera, la HALM pierde su tensión y se evita que la pajita se astille por los bordes ante un golpe. Esta es la razón por la que las pajitas no se rompen en mil pedazos diminutos tan pronto como tocan el suelo.

Las HALM son resistentes a golpes, robustas y estables.

MITO #2: "¡SERÁ DIFÍCIL DE LIMPIAR!"

Limpiar una HALM es como limpiar cualquier otro objeto de vidrio. Se pueden lavar fácilmente en el lavavajillas. Colocándolas en posición vertical en el cesto de los cubiertos, a una temperatura mínima de 56°C y usando 10-15L de agua, se asegura que las pajitas se enjuaguen de arriba a abajo a pesar de su estrecho diámetro.

Esto hace que nuestro producto cumpla con el HACCP, lo que significa que se cumplen los requisitos legales en el sector de la alimentación. 

Una ventaja de las pajitas HALM es que la transparencia del vidrio permite comprobar a golpe de vista si todas las impurezas han sido eliminadas o no. Especialmente importante en la industria de la restauración, pues los clientes se sienten más cómodos al comprobar la limpieza cristalina de la pajita que están utilizando. A diferencia de las alternativas no transparentes, tienen una visión completa y no han de temer por sorpresas desagradables.

En caso de no disponer de un lavavajillas, HALM puede limpiarse estupendamente con nuestro cepillo natural libre de plástico. Incluso las manchas más difíciles pueden se pueden eliminar. En regiones con agua muy calcárea, te aconsejamos hervir tus HALM de vez en cuando con un descalcificador bio (no te preocupes, HALM soporta temperaturas de hasta 400°C). Con esto, tus HALM brillarán de nuevo.

MITO #3: "¡SON PELIGROSAS!" 

Aquí también se aplica el mismo principio: no todos los vidrios son iguales. Por supuesto, es sumamente importante que no se desprendan astillas de vidrio de la pajita en la bebida. Para evitar esta situación, diseñamos nuestras HALM con bordes redondeados, lo que asegura que no se desprendan pequeñas partículas de vidrio. Incluso si se muerde o se usa la HALM como mezclador de cócteles y se golpea el vaso con la pajita, tu HALM quedará intacta. Y, si por un casual la HALM se rompe, quedará inutilizable y lista para ir directa al contenedor de vidrio reciclable.

A menudo, nuestros clientes expresan su preocupación sobre el uso de HALM por parte de los niños. Una cosa es cierta: al igual que no muerdes un vaso de vidrio, no sientes la necesidad de morder una pajita del mismo material. Al contrario: los extremos de la HALM son suaves y dan una sensación agradable al utilizarse, por lo que es más probable que te motive a beber más. Nosotros recomendamos el uso de HALM en niños a partir de los 3 años de edad.

Además, no se recomienda mordisquear pajitas de plástico en cualquier caso, debido a las sustancias nocivas para nuestro organismo que pueden desprenderse en el proceso. ¡Así que, una vez más, el vidrio se revela como la alternativa ganadora!

¡Esperamos haber resuelto todas tus dudas y que disfrutes de tu experiencia HALM sin ninguna preocupación!