Los residuos orgánicos de origen vegetal y/o animal, o biorresiduos, son desechos que por su origen orgánico están en continua descomposición de forma natural. Su separación y reciclaje es importante ya que al tratarlos se genera compost o biogás, con el que se puede obtener energía eléctrica y térmica, evitando, además, las emisiones generadas por el metano en la descomposición.

En hostelería, cada establecimiento genera de media unos 2,5 kilos de residuos al día y se producen mayoritariamente en cocina.

¿Cómo reducir los residuos orgánicos de mi establecimiento?

Primero, separar

Para ello, debes saber qué residuos orgánicos pueden separarse y cuáles no:

Residuos orgánicos separables: los desperdicios de comida (cocinada o no); vegetales, carnes, pescados, grasas sólidas, posos de café y té, bolsas de té y filtros de papel, papeles blandos (como el de cocina), servilletas, pañuelos, partes de plantas, flores marchitas sin tierra u otros restos pequeños de jardinería.

Residuos orgánicos no separables: los excrementos de gatos y perros, el material sanitario y de higiene personal, y chicles y colillas. A su vez, los restos de poda, troncos o ramas, pueden ocasionar deterioros en los equipos de recogida y procesamiento del residuo orgánico por lo que no se deben mezclar.

Otras opciones: El aceite de cocina y otras grasas líquidas, deben ser depositados en contenedores específicos de aceite al ser un residuo muy contaminante.

Para una correcta separación, almacena los residuos orgánicos en bolsas, preferiblemente compostables (aportan nutrientes en su biodegradación). De esta manera, evitarás que los lixiviados (líquidos que generan los residuos orgánicos), se derramen por el contenedor y se minimizará el olor que produce la descomposición.

El siguiente paso es echar las bolsas en contenedores con tapa de cierre hermético y accionamiento no manual. ¿Dónde puedes colocar los contenedores? Te recomendamos que los ubiques en zonas con acceso a agua corriente y desagüe con rejilla, de esta manera, facilitarás la comodidad y frecuencia de limpieza de los mismos. Además, para una correcta desinfección, intenta que el lugar tenga pocas juntas en el pavimento y medias cañas en la pared. Por último, evita zonas de circulación y paso de alimentos.

Segundo, reciclar

La Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular establece que los municipios deberán implantar la recogida separada de los biorresiduos de origen doméstico (donde está incluido el reciclaje del sector hostelero) antes del 30 de junio de 2022 si su población de derecho es superior a cinco mil habitantes, y antes del 31 de diciembre de 2023 para el resto. Se entenderá incluida también la separación y reciclaje en origen mediante compostaje doméstico o comunitario.

Así, en distintas ciudades y municipios se ha implantado la recogida selectiva de biorresiduos con un nuevo contenedor específico de color marrón o gris oscuro, también llamado quinta fracción, que recoge todo aquello que se puede reciclar como residuo orgánico.

Existen distintas formas de recogida de biorresiduos dependiendo de la opción elegida por los municipios. Para actividades comerciales, como es la hostelería, en algunos municipios como Santiago de Compostela, disponen de sus propios contenedores y sistemas segregados de recogida con frecuencias adaptadas a su generación.

¿Y después?

Los residuos orgánicos son tratados para su fermentación y así obtener abono natural, tanto en planta de residuos como en los hogares o en los establecimientos hosteleros.

Consejo

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