Prevenir el desperdicio, una tarea pendiente en toda la cadena alimentaria.
El proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario aprobado por el Pleno del Congreso de los Diputados en enero de 2024 trae consigo normativa específica para prevenir el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria.
Hostelería #PorElClima se adelantó a la norma con recomendaciones y medidas que ahora aparecen recogidas en el proyecto de Ley. El sector sabe que tirar comida, además de una cuestión de justicia social, es una pérdida para su negocio. Vamos a ver cómo afecta el proyecto de Ley al sector:
Causas de desperdicio
La hostelería es responsable del 15% del desperdicio que se genera en España. Las causas son diversas: una gestión de compra y almacenamiento con errores de planificación, un aprovechamiento escaso del producto o la actitud pasiva en sala para que el cliente se lleve lo que queda en el plato son algunas de las principales causas del desperdicio en el sector.
¿Qué marca la nueva normativa para el sector?
- La ley obliga a disponer de envases aptos para el uso alimentario, reutilizables o fácilmente reciclables y a ofrecerlos de manera gratuita.
- Si los envases son de plástico de un solo uso, el establecimiento está obligado a cobrar por ellos y a hacer constar el importe en el ticket de forma diferenciada.
- Si el envase es de otro material, no hay que cobrar ningún importe adicional.
- También existe la opción de que el cliente traiga su propio recipiente.
¿Qué buenas prácticas quiere activar la ley?
- Actuar con criterios de compra sostenible (alimentos frescos, de temporada, locales o ecológicos) para reducir la huella de carbono.
- Flexibilización en los menús para que el consumidor pueda elegir la guarnición o raciones de distinto tamaño.
- Fomentar la donación de alimentos con fines sociales.
- Fomentar la entrega a instalaciones de compostaje de los restos alimentarios (Ley de Residuos).
Por último y más importante, todos los establecimientos de restauración deberán contar con un plan de prevención de desperdicio alimentario que les permita planificar para prevenir estas pérdidas.
Este plan puede ayudar a los negocios en las decisiones de compra, mantenimiento y manipulación de los alimentos, pues su objetivo principal es prevenir este desperdicio y evitarlo lo máximo posible antes de que la comida llegue a la mesa.